Si bien el sistema de piloto automático de la LEXION 7600 es igual al de las versiones anteriores, la medición de rinde ha evolucionado. “Dejó de ser por volumen para ser por impacto y se ha logrado más precisión, tiene menos desviaciones, hay que hacerle menos seguimiento”, enumera Ugrotte hijo con entusiasmo para agregar que “nos tentó de la máquina que agrandaron la capacidad de trilla sin agrandar los HP, ni el costo por hectárea. Tiene un 25/30 % más de capacidad de trabajo. Tiene más diámetros en los cilindros y los despajadores, el motor es un Perkins de 460 HP, cuenta con una capacidad de tolva en soja de casi 9000 kg y una descarga que asusta: te descarga esos 9000 kg en 1’10’’. Además, el tubo de descarga queda siempre vacío”, describe Diego.
La LEXION 7600 de los Ugrotte está equipada con un cabezal draper Hera de 42 pies. “Lo conozco desde que nació y fuimos testigos de todos los ajustes que Allochis –el fabricante junto a CLAAS Argentina- le fue haciendo para cumplir con los estándares de calidad exigidos por la marca. Incluso hasta a nivel sonoro. Si no lo mirás, no sabés que está girando”, aclara Diego y acota que es un cabezal que funciona muy bien y ofrece una entrega muy uniforme. “Hemos hecho testeos comparativos con otros cabezales y el Hera levanta un 10% más. Es un cabezal que tiene muchas prestaciones y se lleva muy de acuerdo con la CLAAS”, dice.
A la hora de los números que acompañan la performance de la máquina, Diego Ugrotte no retacea argumentos. Según su experiencia, en una soja de primera de 5000 kg/ha, la nueva LEXION anda entre los 8 y 9 litros por hectárea de consumo de combustible, con una capacidad de cosecha de 8 o 9 hectáreas la hora, en una soja limpia, con algo de tallo verde y todo manteniendo un nivel de pérdida muy bajo –por debajo de los 50 o 60 kg/ha entre cabezal y máquina-. “A veces las pérdidas por condiciones del cultivo no se pueden evitar, pero por momentos la pérdida de la cosechadora es casi cero”, acota.
Las prestaciones de agricultura de precisión es otro de los puntos que destacan estos contratistas de General Arenales. “Nosotros comenzamos a manejar información de los mapas de rendimiento allá por los ’90. Esta cosechadora, como todas las CLAAS, cuenta con el sistema TELEMATICS, que va subiendo en tiempo real a la nube lo que la máquina va haciendo y lo podés seguir desde cualquier dispositivo móvil. Desde ahí se puede descargar todo”, explica Diego.
Pero si en algo pensaron los ingenieros que diseñaron la nueva generación de cosechadoras LEXION es en los operarios. Ugrotte destaca el sistema de mantenimiento: “Tiene un sistema de lubricación automática. Cada 10 horas lubrica los rodamientos. El operario no tiene que hacer nada. No hay un solo punto de engrase que no se haga solo. Esto te da tranquilidad y la seguridad de que todo está mantenido como corresponde”. Además, “la cabina también está muy bien pensada para que el operario vaya relajado. El CEMOS te hace todo solo”.
Diego Ugrotte se declara un fan de las orugas. “Tenemos dos cosechadoras con orugas TERRA TRAC: la LEXION 760 y la 7600. La oruga te da mucha estabilidad y la máquina rinde más. El otro día andábamos haciendo una soja de segunda a casi 10 km/h. Y en la nueva LEXION, la oruga además tiene suspensión. Para mí, la oruga es impagable”, dice.
La conectividad de los campos argentinos y el nivel de los operarios son dos puntos de dolor destacados por el contratista. “Pero en la formación de los operarios CLAAS trabaja mucho y se ocupa de que todos conozcamos las capacitaciones disponibles. No hay excusas para no entrenarse”, dice este hombre orgulloso de su legado: la pasión por la tecnología como forma de ofrecerles el mejor servicio a sus clientes.